El Paro Nacional Agrario contribuyó a la construcción de una propuesta común alrededor de la necesidad de autonomía, de rechazo al modelo neoliberal y sus Tratados de Libre Comercio, a la economía minero-energética, la ganadería extensiva y la agroindustria, por la búsqueda de la soberanía alimentaria, el reconocimiento político del campesinado, las reformas de la política agropecuaria y la defensa de la economía campesina, la asistencia técnica y la protección del medio ambiente, el fin del desplazamiento forzado y la solución política al conflicto armado.

Del Paro Nacional Agrario a la Cumbre Agraria, Étnica y Popular 2013 – 2014 Mesa Nacional Agropecuria y Popular de Interlocución y Acuerdo 
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EL PARO AGRARIO NACIONAL EJEMPLO DE UNIDAD

      

Quizá una de las movilizaciones sociales más grandes que ha tenido Colombia en los últimos tiempos ante la exigencia de un territorio con soberanía sobre su territorio, sobre sus semillas, un acto de dignidad por la dignidad de un pueblo soberano. 

En todo el país gente honesta, digna y trabajadora de la tierra decidió bloquear las carreteras con sus cosechas antes de aceptar la política de exterminio que con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos se impedía el uso de semillas nativas y propias, condenando a cada quién que llevara estas practicas sustentables para la humanidad en el segundo país biodiverso del planeta. En efecto, una guerra que aún no termina y que lejos está de llegar a su fin, nació entre otras cosas por la necesidad de una reforma agraria que aún no llega a punto.

El comercio libre supo romper las fronteras y también el límite de lo que es aceptable como actos dignos de la humanidad. Se le puso precio a todo lo que existe y no teniendo mejor camino, también se modificó lo que existe (genéticamente) para luego ponerle precio, así, la guerra de patentes que la agroindustria mantiene en curso apoyada por las grandes “potencias” hoy solo nos deja un desaliento (y muchas enfermedades) sobre lo que somos como entes transformadores de los recursos que permiten nuestra existencia.

Ya no se trata de un camino fundado en ideologías de izquierda, centro, derecha y ultraderecha, se trata de un camino que nos permita vivir dignamente, justamente, en un acto donde ya no sea la plusvalía sino el hecho de pervivir lo más importante entre nosotros, eso, los campesinos que han salido a defender lo que es de todos, lo saben muy bien.

Fotografías  y texto  : Ariel Arango Prada

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